La formación se constituye como
el primer paso a la hora de encontrar empleo. Sin embargo, las posibilidades de
inserción laboral de los jóvenes no dependen sólo de su formación también son
importantes las competencias profesionales adquiridas.
En este sentido, la Formación
Profesional desarrolla capacidades teóricas y prácticas, y prepara a los
estudiantes en aquellos aspectos que demandan las empresas de cada sector. Esta
circunstancia posibilita que la FP presente las tasas de inserción laboral más
elevadas de España.
La Formación Profesional incentiva
la movilidad de los trabajadores por otros países y los prepara para los
requerimientos de la sociedad de la información y el conocimiento. Los
beneficios económicos y sociales de la FP son comunes a todos los países, tanto
las empresas como la sociedad en general se benefician de esta formación.
A pesas de estas ventajas, España
posee una tasa de titulados en FP muy inferior a la del resto de Europa. Los
niveles medios de cualificación se encuentran en el 23,1% mientras que en la
Unión Europea ronda el 50%, una cifra que sería conveniente alcanzar antes de
2020.
Para conseguir ese objetivo, una
de las principales prioridades es aumentar el número de titulados en Formación
Profesional de Grado Medio. Esto permitiría cubrir la demanda de este tipo de
profesionales que tienen las empresas y reducir el desempleo, sobre todo entre
los más jóvenes.