En los últimos años ha aumentado
en Cataluña el número de alumnos que se matriculan en ciclos formativos de
grado medio y superior. De los 80.000 inscritos en septiembre de 2008 se llegó
a los 110.000 en 2011. Para el próximo curso la Generalitat estima que continúe
el ascenso en un 2,7%.
Los alumnos buscan una nueva
formación que les otorgue más posibilidades de acceder al mercado laboral. Los
perfiles están cambiando y en los últimos años el número de estudiantes mayores
de 25 ha crecido un 66% en la comunidad. Son muchos los que ven en la FP la
mejor opción para el futuro profesional.
Ante este nuevo panorama, la FP
tiene el reto de responder de forma efectiva a la creciente demanda, hacerse
más competitiva y combatir las tasas de desempleo juvenil. Mejorar las
competencias prácticas de los alumnos se postula como la opción que dotará a
los alumnos de mayor competitividad. De esta forma los titulados tardarán menos
tiempo en ser productivos para las empresas.
El contacto de los alumnos de FP
con las empresas les permite la posibilidad de participar en sus actividades,
usar su tecnología y enfrentarse a situaciones reales. Por el momento, es
necesario que esta nueva concepción de la Formación Profesional se regule y se adapte
a todas las familias de formativas de la FP.