El nivel de formación es un
aspecto fundamental a la hora de conseguir
y mantener un empleo. El paro afecta en menor medida a aquellas personas
que tienen mayor nivel educativo, además, los mejores formados son los que cuentan con salarios más
elevados.
Según los datos aportados por el
Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en 2011, las tasas de paro más
elevadas se encontraban entre los colectivos que poseían una formación básica.
Por el contrario, los índices de actividad laboral son más elevados entre las
personas que se especializan en sectores como mecánica y electrónica, industria
manufacturera y construcción, agricultura, sanidad y servicios sociales.
El tiempo que tarda en encontrar
trabajo una persona demandante de empleo es inversamente proporcional a su
nivel de formación. Las empresas requieren trabajadores preparados y con
capacidad de adaptarse a los cambios que la sociedad experimenta. La adaptación
de la Formación Profesional a las demandas de los diferentes sectores
productivos ha posibilitado que estos estudios tengan las tasas de inserción
laboral más elevadas de España.
La FP se divide en 26 familias
profesionales orientadas a formar a los jóvenes en los campos profesionales más
emergentes de la sociedad. Un informe elaborado por la Fundación Tripartita en
2011 determina que las áreas con mejores expectativas son sanidad, atención a
dependientes y atención social, telecomunicaciones, medio ambiente, deporte,
diseño industrial y diseño de imagen 3D, virtual y videojuegos. Dentro de la
industria destacan las profesiones relacionadas con las energías renovables, la
ingeniería industrial y la fabricación de componentes electrónicos, y en la
construcción tiene mejores perspectivas la rehabilitación de edificios.