La Comisión Europea (CE) ha
aconsejado a los países de la Unión Europea que impulsen la Formación
Profesional como fórmula para combatir el desempleo. Así lo recoge en su
estrategia “Repensar la Educación: Invertir en competencias para lograr mejores
resultados socioeconómicos”, presentada recientemente en la sede del Parlamento
Europeo en Estrasburgo (Francia).
Entre los principales objetivos
se encuentra el de motivar un cambio en las políticas educativas para
centrarlas en la adquisición de competencias que tengan cabida en el mercado
laboral. Además, destaca la necesidad de invertir más en educación y formación.
Según han señalado los
comunitarios europeos, la apuesta por la FP es especialmente relevante en
España, puesto que nuestro país tiene una participación en este nivel de
estudio por debajo de la media de la Unión. El informe de la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre el Panorama de la
Educación 2012 sitúa la tasa de graduados de FP en España en un 28%, mientras
que la media europea se encuentra en el 44%.
Incentivar los estudios de
Formación Profesional puede constituirse como una de las claves para impulsar
la creación de empleo en España. El carácter práctico de estas enseñanzas es
una garantía para mejorar la empleabilidad de sus estudiantes. Según el III
Informe de Empleabilidad y Formación Profesional de Adecco, más del 20% de las
ofertas de empleo en España están destinadas a titulados de FP. Este dato pone de
manifiesto el potencial de estos estudios a la hora de mejorar los índices de
empleo en España.